lunes, 29 de noviembre de 2010

Conocer.

Era un sábado a las nueve de la mañana, el despertador sonó con aquella melodía que la tenía cansada, Tatiana ya no veía la hora de terminar las clases, pensando todo lo que tenía que hacer, y al mismo tiempo contando los minutos que tenía para irse al gimnasio. Pegó un salto de la cama, su madre no estaba; mientras hervía agua para su té al prender la computadora se encontró con su imagen de fondo de escritorio, el cantante de la banda alemana que ella tanto amaba, y que no podría ir a ver por temas de seguridad; nada importante había en su Facebook, mientras se dio cuenta que el agua para su té había hervido, Tatiana resignada, se decidió por hacerse una leche chocolatada. Al instante recibió un mensaje en su celular, era su amiga Anabella. –En 10 en el gym- decía el mensaje. Tatiana tomó rápido su desayuno, se puso sus calzas y una musculosa y salió para el gimnasio, se encontró con Anabella en la puerta, que escuchaba música en su celular.

Se decidieron por hacer 10 minutos de bicicleta, ya que hacía mucho que no hacían actividad física. Conversaron, hablaron de la vida, de su sábado a la noche.

–Tati, ¿te copas esta noche venir a casa?, vemos unas pelis y compramos algo para tomar, además hace banda que no nos juntamos las dos en casa.- Dijo Anabella.

–Uh, buenísimo, ¿cuánto llevo?

–Y.. con lo que puedas, todo bien. Le voy a avisar a Ariel. Dijo Ana

– ¿Que?,¿ vos me estas cargando?, ni le caigo a ese… Dijo Tatiana

-Nada que ver no seas tonta.-

Anabella se bajó de la bicicleta, sin hacer ningún comentario, convencida de que su amiga iba a ir esa misma noche. Tatiana se dirigió al fichero de rutinas y agarró el suyo, destapó su botella de agua congelada y bebió con furia, pensando lo mal que le caía Ariel, lo vio un par de veces, esas dos veces bastaban para confirmar que no podía ni verlo, ella no aguantaba su forma de hablar, como la corregía, cada vez que encontraba algún defecto mínimo, su actitud sobradora y altanera. Eso era lo que conocía de él, lo poco que conocía.

Finalizaron su rutina, Tatiana acompañó a la parada a Anabella mientras contaba sus monedas. Justo cuando cruzaron la Avenida Corrientes, llegó la línea 19, las amigas se despidieron. –A las ocho en casa Tati. No quedaba otra para Tatiana, ya había dicho que sí.

Llegó la tarde, Tatiana miraba Los Simpsons, cuando escucha desde su computadora el aviso del Messenger, era Anabella diciéndole que al final iba Ariel, Tatiana refunfuñó y no le quedo otra opción que asentir.

Salió de su casa a las ocho y cinco; tarde para su amiga Anabella, en la calle corría un viento caluroso, llevaba puesta una campera de hilo, la cual se la sacó porque sentía pesadez. Mientras caminaba a la parada mandaba un mensaje a su amiga y esperó el colectivo unos 2 minutos. Llego al instante, dicho transporte agarró todos los semáforos en verde. En la puerta estaba Anabella conversando con un vecino y esperando a Tatiana para ir al supermercado a hacer unos mandados.

Ariel llegaría a las 11, en la espera las chicas chusmearon, miraron tele, escucharon música y se sacaron fotos. Tatiana disfrutando y pensando, qué podría hacer para ignorarlo cuando llegase. Pasó el tiempo sin que se dieran cuenta y suena el timbre. Su amiga tomó las llaves y bajó, Tatiana se acomodó en la silla de la computadora, bebió gaseosa, suspiró y fijándose como actualizar su blog, viendo, inventando, con qué podía entretenerse. Escucho abrirse la puerta. Llegaron los dos riéndose, al escuchar su voz ya se molestó y él al acercarse la saludó como si no la hubiera visto hace mucho tiempo, Tatiana sonrió falsamente y sin querer entablaron una conversación sobre cómo andaban sus vidas.

Pasó la noche, miraron películas de terror, Ariel molestaba a Tatiana en momentos claves de la película para asustarla, hacían comentarios se reían, sin darse cuenta, Ariel quedó acostado sobre la cintura de Tatiana y al mismo tiempo le estaba tomando la mano, acariciando su palma . Ella comienza a darse cuenta lo cerca que estaban, y reía para sus adentros pensando dicha ridiculez: qué hacía tomándole la mano a Ariel.

Terminó la película, Anabella se sentía mal, decidió irse a dormir, Ariel y Tatiana quedaron solos, fueron al balcón, hablaron de sus salidas a bailar, de las peleas que solía haber en los boliches que él frecuentaba, reían, hablaron de muchos temas, Tatiana se dio cuenta que en verdad era una gran persona, alguien también sensible, lo empezó a ver lindo. Cayó la madrugada, decidieron irse a acostar. Al entrar por la puerta del balcón, Anabella estaba ocupando toda la cama. En el suelo había un colchón con unas sábanas, ese colchón era algo angosto, tuvieron que acurrucarse los dos ahí, y como no entraban Ariel decidió por envolver la cintura de ella con sus brazos, quedaron callados un largo rato, Tatiana cerró sus ojos, el la contemplaba mientras dormitaba, de pronto abre los ojos. -Dormite flaco y deja de mirarme.- dijo ella. Ariel sonrió y la siguió abrazando acariciando su cintura, ella sentía una cosquilla que la intimidaba pero le gustaba, cuando comenzó a sentir mas cerca la respiración de él abrió sus ojos.





Basado en una historia real.

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